miércoles, diciembre 24, 2008

Ojalá

El vaho que salía entre sus boquiabiertos labios delataba el frío que lo acompañaba, aunque apenas lo sentía. Los continuos tropezones obligaba a sus pequeños pies a parar y a seguir la marcha, como pasos de una danza desconocida.

La ausente oscuridad nocturna daba paso al rojo, verde, amarillo y azul, que reflejados en sus oscuras y profundas pupilas, iluminaban la redondez de su rostro.

Su corazoncito saltaba de alegría, su respiración se agitaba entre la muchedumbre que lo rodeaba. Olía a Navidad. Sonaba a Navidad.

Desvió su mirada y se cruzó con rostros serios, con ojos tristes. Con almas que deambulaban solitarias entre la algarabía. Entonces escuchó la campanita, el brillo de su corona le deslumbró y su pregunta retumbó entre aquella larga y tupida barba... y pidió su deseo

Que desaparezcan todas las miradas tristes del mundo, los corazones solitarios y las almas que deambulan ....

Feliz Navidad

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