miércoles, noviembre 08, 2006

Ofrecimiento Robado

Hoy no me desvisto. Hoy me tomo la libertad de disfrazarme, de colocarme el antifaz y, a lomos de mi corcel negro, te "tomo prestado" el alma. Como un ladrón que sorprende en la oscuridad, en el silencio, sigilosa. No puedo evitar hacer mía la inmensa belleza de tus pensamientos, de tu íntima declaración...

Hoy ofrezco a aquellos con los que comparto este espacio la lectura de tu maravilloso ofrecimiento, porque el que ofrece velar un sueño, lo ofrece TODO.

Espero, querido Gerardo Diego que sepas perdonarme con el mismo mimo con el que sabes ofrecer...

"Apoya en mí la cabeza, si tienes sueño. Apoya en mí la cabeza, aquí, en mi pecho. Descansa, duérmete, sueña, no tengas miedo del mundo, que yo te velo. Levanta hacia mí tus ojos, tus ojos lentos, y ciérralos poco a poco conmigo dentro; ciérralos, aunque no quieras, muertos de sueño. Ya estás dormida. Ya sube, baja tu pecho, y el mío al compás del tuyo mide el silencio, almohada de tu cabeza, celeste peso. Mi pecho de varón duro, tabla de esfuerzo, por ti se vuelve de plumas, cojín de sueños. Navega en dulce oleaje, ritmo sereno, ritmo de olas perezosas el de tus pechos. De cuando en cuando una grande, espuma al viento, suspiro que se te escapa volando al cielo, y otra vez navegas lenta mares de sueño, y soy yo quien te conduce yo que te velo, que para que te abandones te abrí mi pecho. ¿Qué sueñas? ¿Sueñas? ¿Qué buscan - palabras, besos - tus labios que se te mueven, dormido rezo? Si sueñas que estás conmigo, no es sólo sueño; lo que te acuna y te mece soy yo, es mi pecho. Despacio, brisas, despacio, que tiene sueño. Mundo sonoro que rondas, hazte silencio, que está durmiendo mi niña, que está durmiendo al compás que de los suyos copia mi pecho. Que cuando se me despierte buscando el cielo encuentre arriba mis ojos limpios y abiertos. "
GERARDO DIEGO

Si se pide algo a cambio no se ofrece, se comercia...


Nota: Post reeditado

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